Varios ex miembros de la oposición armada _ya desmovilizada_, algunos de ellos candidatos a las elecciones, fueron muertos en circunstancias que sugerían que habían sido víctimas de ejecuciones extrajudiciales. A pesar de las reformas relativas a los derechos humanos que se realizaron tras los acuerdos de paz, estas ejecuciones se cometieron con impunidad. Las personas relacionadas con la oposición fueron víctimas de amenazas de muerte y de agresiones. Existía preocupación por los malos tratos que la nueva fuerza de policía infligía a los detenidos y por las duras condiciones penitenciarias.